Te esculpen mis manos
con caricias
y te dibuja mi mirada
en la oscuridad
con sueños de nubes.
Cada día que no te amé
fue una pérdida.
Estás aquí, cabe a mí,
tu cuerpo refulgente
entre sedas y sábanas,
tu pelo enredado
entre sonrisas.
Tu piel se abre y me acepta.
Cada hora que no te amé
fue una pérdida.
Tu piel se abre y nos gime,
y tus ojos de mar
como barcazas
horizontes,
mecen mis párpados.
Tu piel se abre y penetro
hasta el tuétano de tus huesos.
Decís que mi cara
está alegre
y debe ser verdad,
pues siento dentro de mí
una canción dorada;
cada vez que no te amé
fue una pérdida.
con caricias
y te dibuja mi mirada
en la oscuridad
con sueños de nubes.
Cada día que no te amé
fue una pérdida.
Estás aquí, cabe a mí,
tu cuerpo refulgente
entre sedas y sábanas,
tu pelo enredado
entre sonrisas.
Tu piel se abre y me acepta.
Cada hora que no te amé
fue una pérdida.
Tu piel se abre y nos gime,
y tus ojos de mar
como barcazas
horizontes,
mecen mis párpados.
Tu piel se abre y penetro
hasta el tuétano de tus huesos.
Decís que mi cara
está alegre
y debe ser verdad,
pues siento dentro de mí
una canción dorada;
cada vez que no te amé
fue una pérdida.
Claudio Gutierrez
No hay comentarios:
Publicar un comentario